No congelar la copa, degustarla a la temperatura recomendada por el fabricante y servirla con mimo y cariño, son algunos de los consejos perfectos que debes tener en cuenta a la hora de servir cerveza.

Aquí te presentamos las claves para sacar el mejor partido a la cerveza que atesoras en tu nevera a partir de ahora. Eso sí, antes de nada debes saber que es conveniente beber la cerveza en una copa, vaso o jarra, nunca directamente de la botella. Esto gesto permite la liberación del gas carbónico y la formación de espuma, elementos imprescindibles para disfrutar de esta bebida.
Para ser un maestro del servicio de cerveza en tu propia casa, Fernando Iglesias, Responsable de Cultura de Cerveza de Estrella Galicia, te recomienda seguir estas pautas:
1.- El primer paso es tener a punto la copa en la que sirvamos la cerveza. Recomendamos que esté fría, pero no helada. El hielo descarbonata la cerveza, perjudica a la espuma y atenúa en exceso la temperatura de consumo.
2.- Debemos siempre refrescar el interior de la copa con agua fría justo antes de servir la cerveza.
3.- Escurrimos la copa y la Inclinamos 45 grados acercando la botella al borde (sin que se toquen). Dejamos que la cerveza se deslice suavemente por la pared interior de la copa con un caudal lento y más o menos constante.
4.- Cuando hayamos llenado la copa en sus tres cuartas partes la colocamos en posición vertical.
5.- Jugamos con la altura entre la botella y la copa, vaciando la totalidad del contenido. En este caso dejamos que la cerveza golpee sobre el líquido existente en la copa. Vemos cómo se va generando una corona de espuma.
6. El resultado final debe presentar una cerveza con un “rosario” de burbujeo y con una corona de espuma de al menos tres centímetros. La cerveza debe dejar marcas o aros de espuma adheridos a las paredes del recipiente por cada sorbo que demos (el conocido encaje de Bruselas).
Fuente:Tapasmagazine
EA